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martes, 8 de enero de 2013


Exportar: solución a la crisis para la empresa familiar



Ante la crisis económica que atravesamos actualmente, acentuada para el caso de España, la empresa debe salir al exterior para poder sobrevivir ante la caída del consumo doméstico.


 De hecho, las exportaciones mundiales aumentaron siete veces más que la economía en 2010, siendo en España este dato todavía más revelador: mientras que desde 2008, fecha en la que se establece la aparición de las peores consecuencias de la crisis, la economía se contrajo más de un 2%, las exportaciones tiraron de las finanzas nacionales al aumentar un 16%. Dejando de lado estos datos, exportar es una fuente de numerosas ventajas para la empresa, ya que implica poder crecer dando salida a la producción, se reducen los riesgos empresariales (al no depender de un mercado en concreto), se mejora la imagen de la compañía y se adquieren conocimientos de otros mercados y culturas diferentes a la española. Por todo esto, unido a la posibilidad de aumentar la base de ventas, exportar es muy beneficioso para la empresa, convirtiéndose en la principal oportunidad para salir de la crisis a la que la que se enfrenta.
Teniendo en cuenta estas ventajas para el negocio, ¿cuáles son las peculiaridades con las que se enfrenta la empresa familiar a la hora de exportar? En este sentido, la actitud contra la adopción de altos riesgos que caracteriza al empresario familiar, y que es desfavorable a la aventura exterior, ya que se considera una actividad arriesgada, queda compensada por los varios factores. En primer lugar, la firma familiar es percibida como más leal y altruista, lo que hace que tenga una buena imagen a la hora de desarrollar su actividad, incluyendo el mejor acceso a las fuentes de financiación. Además, su mayor flexibilidad (debido a su pequeño tamaño promedio y a la concentración de la capacidad de la toma de decisiones y de la propiedad en manos de la familia) la hace reaccionar más ágil y eficientemente a entornos inciertos como los exteriores. 
En definitiva, la empresa familiar debe aprovechar estas ventajas para exportar, más aún teniendo en cuenta la actual situación económica, especialmente grave en el caso español. Además, las compañías familiares españolas más exportadoras, como Inditex, Abengoa o el Grupo Ferrovial muestran el camino de cómo exportar siendo una empresa familiar. Sin embargo, ante estos ejemplos de firmas de tamaño considerable, cabe plantearse que no todas tienen facilidad para acceder a los recursos necesarios para exportar como estas organizaciones. Ante este tamaño, encontramos otros ejemplos de empresas de menor tamaño, tanto a nivel nacional, como Borges, o a nivel de la Región de Murcia, como Albarracín o el Grupo San Marino, que han podido salvar estos obstáculos y para las cuales la exportación supone una parte importante de su negocio total.
Ante esta dificultad para disponer de los altos recursos necesarios para exportar, la empresa dispone de dos instrumentos: en primer lugar, del Instituto de Comercio Exterior español (ICEX), que dispone de programas específicos para las empresas pequeñas y que organiza visitas conjuntas a mercados exteriores altamente subvencionadas y de un coste económico reducido, y en segundo lugar, es recomendable que las sociedades familiares establezcan alianzas con otras, lo que le permitirá compartir recursos y tener una mejor accesibilidad a la financiación y al conocimiento de los mercados exteriores. Por último, se sugiere la profesionalización de la gestión de las actividades internacionales de la empresa familiar, dando entrada a profesionales que aporten conocimientos valiosos sobre cómo realizar las exportaciones.

miércoles, 2 de enero de 2013

Menos crecimiento y más exportación en Portugal en 2013


En 2013 se producirá en Portugal un descenso del PIB de 1,9%,  acompañado de un crecimiento del desempleo de casi dos puntos que lo situará por encima del 17% y más medidas de austeridad para hacer frente al déficit presupuestario, poniendo en riesgo las perspectivas de un pronto crecimiento. El consumo privado y la producción industrial seguirán contrayéndose. La nota positiva es la previsión de crecimiento de las exportaciones portuguesas, acompañada de una mejora competitiva del país respecto a otros países de la Unión Europea.

Como resultado de la continua disminución en el consumo, la inversión y las condiciones de empleo, además del difícil acceso a los préstamos bancarios, el panorama seguirá siendo muy negativo para muchas empresas. Los sectores particularmente expuestos a la crisis son la construcción, la madera y los muebles, instalaciones y accesorios, hierro y acero, venta al por menor, así como electrónica, y electrodomésticos. Se espera que las insolvencias empresariales aumenten este año en torno al 5%, afectando alrededor de 6.300 casos.

A partir del segundo trimestre de 2012, la crisis económica, que había sido relativamente leve hasta el momento en Portugal, comenzó a acelerarse debido a la drástica disminución de la demanda interna y el efecto negativo de las presiones mundiales sobre el crecimiento de la exportación, provocando una contracción en el PIB del 3,2%. Esto se ha visto reflejado en una notable caída del consumo privado (-7,6%), del consumo público (-3,9%) y de la inversión fija (-18,7%). Sólo las exportaciones contribuyen positivamente, con un crecimiento del 4,3%.

En el tercer trimestre, la economía se contrajo un 3,4% debido, principalmente, a que la contribución de la demanda exterior neta se vio reducida de manera significativa. La tasa de desempleo sigue aumentando hasta situarse en el 15,8%. Por otro parte, la inflación se encuentra todavía por encima de la media de la UE, aunque se espera una disminución hasta el 2,9% a finales de 2012 y hasta el 1,3% en 2013.

A principios de 2011 Portugal recibió un paquete de rescate de la "Troika" de 78.000 millones de euros. En general, el país está mostrando su compromiso con el programa, que finaliza a mediados de 2014. Ya se han abordado muchas de las distorsiones del mercado de trabajo, pero no se ha avanzado lo mismo en relación al marco competitivo, ya que las medidas tomadas con relación a algunas industrias están dificultando el dinamismo de la economía.

El verdadero progreso se ha basado en reformas fiscales estructurales de la administración, de los ingresos y la gestión de las finanzas públicas. En términos generales, el Gobierno ha cumplido con los términos del programa de rescate. Sin embargo, los objetivos de ingresos previstos no se han alcanzado. Las cifras muestran una disminución del 2% en los ingresos corrientes, a pesar de la subida de impuestos. Como consecuencia, el objetivo de déficit fiscal se ha relajado del 4,5 inicial al 5% del PIB.

Los bancos portugueses recibieron una financiación a tres años de 60.000 millones de euros del BCE. Estos fondos les han permitido financiar gran parte de sus necesidades, y han sido utilizados en gran parte para comprar bonos del Gobierno, pero la exposición a deuda soberana sigue siendo limitada. El apoyo de capital por parte del Gobierno ha permitido a los grandes bancos reforzar sus ratios de capital. La calidad de los activos es relativamente buena en comparación con otros países periféricos de la UE, pero las restricciones de crédito están aumentando y obstaculizan la actividad económica.

Portugal ha reaparecido cautelosamente en los mercados con un exitoso canje de deuda de 3.760 millones, lo que muestra que Portugal está listo para un regreso en toda regla a los mercados financieros después de la expiración del programa del FMI.