INTERNACIONALIZA TU PYME
Si queremos que nuestro negocio prospere debemos estar, constantemente, innovando, renovando nuestra idea de negocio, diferenciándonos de la competencia a fin de ofrecer a nuestros clientes algo más.
Podemos resumirlo entres ideas:
trabajar, trabajar y trabajar, pero no más, sino más eficientemente. Y, sin
duda alguna, un elemento diferenciador será internacionalizar
nuestro negocio. Aparte de ser una de las opciones para salir
de la crisis, no podemos quedarnos atrás pues muchos otros países ya lo están
haciendo. No os descubro la pólvora si os dio que una de las consecuencias de
la globalización ha sido trasladar a
países emergentes, y por tanto con costes más bajos, líneas de producción y almacenamiento.
La internacionalización implica, en primer lugar, un cambio de
mentalidad por nuestra parte. Cuando pensamos en países como India, China
o Brasil seguimos pensando en pobreza y poca cualificación. Nada más lejos de
la realidad: cada año se licencian en China 500.000 ingenieros superiores,
más que en EE.UU. y Europa juntos. Y también se especializan fuera; por ejemplo, el 11%
de los estudiantes que se doctoran en Estados Unidos son chinos y el 5%
hindúes. Así, no es de extrañar que el
80% de la producción de electrodomésticos,
ascensores, máquina herramienta, aerogeneradores o placas solares se concentren
en sólo diez países en el mundo.
La razón es que Occidente se está quedando atrás. No
sólo producimos menos sino que, además, aportamos menos trabajadores
cualificados. Y puesto que no podemos competir en cuanto a precios bajos y la
mayor parte de los expertos y especialistas provienen de los países emergentes ¿cuál
es la solución?
En primer lugar debemos ser
más productivos. Y es que en España trabajamos, de media,
277 horas más al año que Alemania y 214 más que Francia y, aun así, somos menos
productivos. Y esto significa que no se trata de trabajar más horas, sino de
trabajar mejor, ser más eficiente.
En segundo lugar, pensar que
nuestro mercado es únicamente nuestro país es algo muy limitante. Por eso,
debemos contemplar el mundo como un solo mercado.
Así, debemos “ir” a todos esos lugares donde podríamos vender e instalarnos en
los lugares que más competencia nos hacen. Pero, para hacerlo correctamente, no
debemos hacerlo como extraños, sino de una manera natural y con un conocimiento previo de su
cultura y sus costumbres. Para eso, es mucho más sencillo
contar con profesionales locales que enviar españoles allí ya que los
trabajadores locales tienen mucho terreno ganado, conocen el mercado, la
cultura, etc. Debemos conseguir que nuestra empresa sea multicultural.
Por último, como es lógico antes
de salir al exterior, es
necesario conocer el mercado de destino y
sus características, así como el protocolo de negocios internacional. También
es necesario un cambio de mentalidad en cuanto a que no
debemos pensar en los beneficios a corto plazo sino,
más bien, en el medio-largo plazo.
Miremos a los países emergentes como una oportunidad,
no como un obstáculo, ya que los mercados que no crecen son los que no
aprovechan las oportunidades que les ofrecen otros países. Aprovechémoslas y
salgamos al exterior, porque tenemos talento para ello. La clave es
internacionalizar.