jueves, 14 de febrero de 2013



Cuando una empresa decide exportar y acudir al mercado exterior para comercializar allí sus productos y servicios, debe enfrentarse a una serie de decisiones complejas, especialmente si se han de adoptar en el seno de una pequeña o mediana compañía. Entre ellas destacar las cuatro siguientes:

1. Optar por la exportación como estrategia empresarial

Elegir exportar es en sí una decisión que afecta a la propia estrategia de una empresa. Hay que saber cómo competir y en qué mercados hacerlo. La empresa que exporte se enfrentará a nuevos problemas y riesgos de los que tendrá que saber protegerse de un modo adecuado.

2. Evaluar si los productos o servicios de la empresa son adecuados para el mercado exterior

La empresa deberá decidir si los productos o servicios que viene ofreciendo a nivel nacional son adecuados para el mercado exterior. Normalmente es más complicado exportar un producto, tanto por los requisitos legales que suelen existir como por las exigencias y necesidades de los clientes extranjeros, que un servicio, el cual suele ser más fácilmente adaptable a un mercado exterior. Elegir un mercado u otro dependerá de factores tales como la cercanía física, la dimensión, la similitud con el mercado nacional, la existencia de canales de distribución o de procesos de comercialización similares o la estabilidad económica y política del país de destino.

3. Elegir el equipo responsable para llevar adelante el proyecto de exportación

A efectos de liderar el proyecto de exportación, será preciso designar la persona o  grupo de trabajo que tenga conocimiento específico del país de destino y de las pautas a seguir para comercializar allí los productos o servicios de la empresa. Si este perfil no se encuentra disponible dentro de la empresa, será preciso contratarlo. Entre las tareas de esta persona o equipo estarán la de diseñar un plan de negocio relacionado con el mercado exterior, el cual recoja los objetivos de exportación y el modo más eficiente de alcanzarlos.

4. Centralizar o descentralizar las actividades empresariales que se relacionan con el proceso exportador

Por último, se deberá decidir si para alcanzar los objetivos de exportación fijados, la empresa ha de centralizar o descentralizar sus actividades, ya sean estas parciales como, por ejemplo, la publicidad o la gestión de tesorería o se refieran a áreas funcionales globales como, por ejemplo, el área comercial o el de finanzas.


Fuente: www.gestoresderiesgo.com

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